Wooseok y Seungwoo se conocieron en el instituto. Wooseok era un chico idealista, con ganas de comerse el mundo. Seungwoo un rebelde sin causa, que necesitaba salvarse a sí mismo. Entre ellos nunca pasó nada, pero siempre hubo algo. Sin embargo, el instituto llegó a su fin y cada uno siguió su camino. Doce años después, Wooseok y Seungwoo ya no son los mismos. Wooseok lleva años viviendo por inercia, atrapado en una vida que no le llena. Seungwoo es un hombre hecho a sí mismo que parece haberse reconciliado con su pasado. Un piso bonito en Seúl. Un gato de color canela. Una terraza en la oscuridad. Dos miradas que se enredan. Y el reencuentro se produce. Wooseok tiene el corazón roto después de una relación que ha restado más que sumado. Seungwoo aún tiene monstruos contra los que luchar. Ninguno de los dos busca el amor. Pero cuando están juntos, ambos encajan de una manera perfecta. Porque, después de todo, hay algo que no pueden negar: Juntos son más. Siempre han sido más. Agradecimientos por la portada a @solountrolo *Esta historia es la adaptación de un libro que les dejaré cuando suba el último capítulo