Robert Moore, «hombre importante, hombre de acción», dueño de una fábrica textil sacudida por los efectos económicos de las guerras napoleónicas y por el temor de los obreros a la revolución industrial, se debate entre el amor callado de su prima Caroline, una huérfana en constante vigilia y obligada austeridad, cuyo espíritu «intenta vivir de la exigua dieta de los deseos», y la admiración apasionada de Shirley, una heredera independiente y entusiasta, «demasiado rebelde para el cielo, demasiado inocente para el infierno». La rivalidad en el amor no impide el afecto y la solidaridad entre las dos mujeres, pues ambas saben que, frente a los hombres, es más lo que las une que lo que las separa. Shirley tiene el talento único de Charlotte Brontë para combinar análisis sutiles con arrebatos visionarios, un elevadísimo sentido moral con una heterodoxa sátira de costumbres, y esa soberbia estilización del amor y el sentimiento que es la clave de su estética y de su mundo.
En el reino de Arkania, la joven princesa Amelia vive bajo la sombra de la guerra con el reino vecino de Eldoria. Cuando su pacífico reino es invadido por las fuerzas del príncipe enemigo, Ian, Amelia pierde a sus padres en un cruel ataque. Herida y llena de ira, jurando venganza, Amelia se convierte en una fugitiva, decidida a derrocar al tirano que destruyó su vida.
Mientras se prepara para enfrentarse a Ian, Amelia se cruza con él en numerosas ocasiones. Cada encuentro está marcado por la hostilidad y la desconfianza, pero también por una atracción innegable que ninguno puede ignorar. A medida que la batalla entre sus reinos continúa, ambos se ven obligados a cuestionar sus lealtades y sus propios sentimientos.
Mientras luchan con sus emociones encontradas, Amelia y Ian se ven arrastrados hacia una trama de intriga y traición que amenaza con destruirlos a ambos. ¿Podrán superar los obstáculos que separan a sus reinos y encontrar la paz juntos, o su amor está destinado a sucumbir ante las circunstancias y la enemistad de sus pueblos?