Boise

Acontecimientos del pasado me obligaron a huir del lugar que me vio nacer. Los cinco años siguientes se basaron en acudidas semanales a psicólogos, en llorar cada noche hasta conseguir dormirme y, sobre todo, en pensar dos veces antes de eliminar una foto con ellos, sus números de teléfono, las conversaciones, eliminarlos de mi lista de seguidores en redes sociales... de eliminarlo todo.

Hoy, 4 de octubre, vuelvo a ese lugar, a Boise, y lo que no me imaginaba era el cúmulo de sucesos que me había perdido y que, en algunos casos, volverían a golpearme sin compasión.

Ellos, como yo, también regresarían, aquí, a mi vida, y no estaba preparada para asumirlo.

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