el recuerdo de nuestra infancia no es mas que una habitación blanca, una habitación helada y tenebrosa. una habitación blancamente oscura. es tanta la soledad que sentimos, que lo único que nos queda en imaginar como es el exterior, obligamos a nuestras mentes a imaginarnos un árbol que nunca hemos visto. nos obligamos a imaginar un mundo, en donde seamos libresAll Rights Reserved