Después de muchos años el pequeño pueblo de Rimasupi iba a poder ser espectador de una lluvia de estrellas fugaces. Fueron semanas en las que todos los lugareños se prepararon para no perderse por ningún motivo este evento. Yamir, una chica amante del universo y sus misterios, esperaba ansiosa la lluvia de estrellas pero no tenía previsto que en aquél día sufriría un percance que le impediría ver lo que tanto anhelaba. Sin embargo entre lamentos y quejas, una solitaria estrella fugaz viajó ante sus ojos para hacer realidad el deseo que Yamir pidió con tanta ilusión.