¿Qué pensar si de un momento a otro ya no sientes nada? Ni felicidad, ni tristeza, ni dolor. Tan solo un vacío que no se llena, un vacío que no desaparece, que nadie ni nada puede tapar. Ya no duelen las sucias y grandes manos golpeando mi piel con fuerza, ni los graves y altos gritos amenazando con matarme; tampoco duele sentir la muerte tan cerca y no poder despedirse de quien aún te quiere y te piensa todas las noches preguntándose si estás bien. Ya no hay dolor acumulado. Solo el vacío de una vida llegando a su fin, sin tener una pizca de esperanza de poder escapar de la persona que una vez dijo amarte y cuidarte.All Rights Reserved
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