Él estaba en la cima de un edificio observado desde allí como la gente caminaba por la cera, esperando que alguien se equivocara, que cometiera alguna clase de pecado para poder agregarlo a su lista de futuros condenados. Se rió de si mismo, de lo irónico que sonaba, "estaba buscando pecadores desde el cielo" el lugar que una vez fue su hogar. Entonces la vio, ella parecía un ángel, parecía desprender bondad y generosidad. Llevaba un vestido blanco y su cabello castaño caía sobre su espalda. Él trató de grabar en su memoria cada rasgo físico de la muchacha, cada movimiento y todo lo que ella provocaba en él. Cuando se dio cuenta de lo que sucedía ya era tarde, ya se había enamorado. El diablo se había enamorado.