Había llegado al monte de Las Casas. Subí hasta la primera Casa, en donde había escrito que era la Casa de la Muerte. Era una morada de piedra envejecida cubierta de hiedra y de tejado de paja y tenía aspecto de milenaria. Me acerqué hasta la puerta de madera y la abrí; no ofreció resistencia alguna. Pude ver que se trataba de una vivienda de una sola estancia, iluminada pobremente por unas pocas velas y un hogar. Frente al fuego había dos sillones y, en uno de ellos, había una figura encapuchada sentada que, sin mediar palabra, mediante un simple gesto con la mano, me invitó a sentarme. Lo hice.
Desde que salió el juego Miside, miles de personas compraron el juego por la maravilla que era este, por supuesto, yo también era uno de esos usuarios
pero........
No me quejo de entrar al mundo y enamorar a las Mita's, pero muchas cosas pueden pasar.
Según Tn, el autor está de su lado y será una vida muy peculiar.