Hannah lazo un sonoro grito, tan profundo que raspo su garganta. Se dejo caer al suelo y lloro, lloro como si no hubiera mañana, lloro por ella, por su amor...
Lo hizo por horas, encerrada en esa oscura habitación sin importar los gritos de su padre al otro lado, llenos de preocupación y las amenazas de sus hermanos por tumbar la puerta. Nada de eso le importaba por que jamas nada había dolido igual, ni la muerte de su madre, ni la traición de su mejor amiga. Nada podía doler más.
Su cuerpo se movia en pequeñas convulciones provocadas por el fuerte llano que por mas que pasaba el tiempo no cesaba ni un poco... No estaba segura si algun día lo haría.
Minutos, horas quiza, sus ojos se fueron cerrando y sus palabras seguian haciendo eco en su cabeza "Pero ahora es ella" "Ahora la amo a ella"... esas malditas palabras que cortaban como cuchillas en su estupido y fragil corazón.
En ese momento lo odio, lo odio como jamas habia odiado a ninguna persona... ese maldito sentimiento que amas habia conocido se apodaraba de ella esta noche, tan solitaria y dolorosa.
Creyo que en verdad no habría una noche pero, que jamas volveria a sentir un dolor parecido... que equivocada estaba, por que el verdadero dolor solo estaba comenzando.