- Lo siento, no pensé que fueras tán estúpida cómo para confiar tanto en alguien.- Musitó con asco, aquella persona en la que había confiado tanto.- Ahora- Prosiguió. Iba a decir algo más, pero se detuvo al ver la terrible expresión de aquella pálida chica.- Oh, ¿Vas a llorar?- Soltó en burla.-
- ¡Qué va! ¡Maricona!- Siguió una de ellas, estallando en risas. Las demás, repitieron su acto.- Oh, debe ser por su adopción ¿verdad?
- N-no...- Trató de hablar, pidiendo una explicación. Sus nervios y nudo en la garganta, no se lo permitió hablar con claridad.- ¿P-porqué hacéis e-esto?- Un sólo parpadeo más, y lágrimas caerían por sus delicadas mejillas.- Y-yo... creí que eramos amigas...
- Pues, te equivocaste. ¡Eres insoportable!- Soltó en asco.- ¿Creíste que nos juntaríamos con una huerfanita? ¿Hasta dónde ha caído tu sentido común?
No hizo falta ningúna palabra más, para que aquella chica comenzara a llorar. Se lamentaba, y no lo hacía sólo por la situación.
Si no, por la terrible humillación que pasaría por parte de aquellas personas a las que alguna vez, llamó "Amigas".
- ¡Miren! ¡La huérfanita está comenzando a llorar!- Dijo para que las demás, en total cuatro, comenzaran a soltar carcajadas.-
- Bienvenida a la realidad.- Soltó una de ellas, para luego darle un golpe en la cabeza, y que cayera al piso sin resentimiento alguno. La débil chica debía detenerlas, pero ¿Cómo?-
• Historia 100% mía.
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Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.