Consorte.

Las puertas de su despacho se abrieron de golpe; dejando ver enseguida, la figura cansada y angustiada de un mensajero del imperio. Francisco López D'von, dejo lo que estaba haciendo para poner atención, indudablemente eran malas noticias. - ¿Que paso? ¿Porque el alboroto? - Pregunto con algo de impaciencia.

-Discúlpeme su excelencia; traigo noticias de carácter urgente de parte de la Capital. -El mensajero tomo un largo respiro, mientras él le daba permiso de proseguir. - Adelante, no te me achicopales. - El mensajero se movió nervioso, pero respondió. - Lo llaman de urgencia a la capital, le piden además que lleve consigo al Trono de las Almas, a sus hijos y a su fuerza militar. El heredero al trono, su alteza imperial Juan Pablo Córcega, ha caído en batalla en las fronteras de la confederación de Vania con el Reino Rhyle. - Francisco fue invadido de golpe por la tristeza, no esperaba que fuera algo tan grave.

-Ve y diles que estaré en unas horas con ellos, que no teman, saldremos de esto, juntos, como la gran familia que es todo el imperio. - El mensajero asintió, mientras abandonaba su palacio, las protecciones mágicas impedían la teletransportación en su territorio.

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-Yo salvare al imperio Papancho. - Todos guardaron silencio ante las palabras del trono de las almas; Cuauhtémoc López D'von, un Omega, cuya existencia era casi desconocida. - ¿De qué hablas carnal? ¿Como harás eso? - Julio López D'von, general de brigada de su región, pregunto por todos los presentes. - Con inteligencia; el trono no puede ser cedido por los Córcega, desharán al imperio si hacen eso, así que me casare con el único heredero posible actual, Aristóteles Córcega del Tule. La ley me da la capacidad de respaldar su reinado, no permitiré que nuestra nación caiga ante las ambiciones del Emperador Negro. - Con ese discurso; el único Omega que había sido trono de las almas, sello su destino y el de su nación.
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