~Oh Olivia, pobre de mi Olivia. Tanto haz sufrido mi hermosa omega... La multitud se escuchaba desde el otro lado de la fina pared que la separaba, estaba asustada, pero como una obediente omega tenia que seguir ordenes. Los hombres que tanto detestaba, los que cada vez que desobedecía sus ordenes, la torturaban sin piedad algunas, pero sin llegar a quitarle la vida; le ordenaron que se introduciera dentro de su jaula para poder comenzar el espectáculo.