La realidad. No importa cuánto batalles para cambiarla, no se puede. Te toca lo que te toca y debes aceptarlo, y rendirte o continuar. La realidad es como una ruleta que gira y gira, y al detenerse debes afrontarlo. Pero, ¿que pasa si te toca algo malo?algo que te obligue a cambiar. Que te obligue a no ser tú. Que te de una bofetada y te diga "No eres ni la mitad de lo que pareces". Que te mire a los ojos y te obligue a hacer cosas, cosas que tu en tu más sana cordura no harías. Pero... ¿A quien le importaría tener cordura en una situación así? ¿A quien le importaría que te lleves un trauma hasta la tumba? En una situación así solo puedes hacer dos cosas. Matar o ser matado. Nada más importa. Y nadie más importa.