Harry Potter no era nada de lo que nadie esperaba, en vez un valiente e impulsivo León, era un tímido, servicial y dulce Tejón, un Tejón sin prejuicios y con deseos de hacer amigos en los lugares mas inesperados, con un corazón leal y una mirada que te hacía desear complacer sus mas absurdas peticiones y perdonar sus faltas, un Tejón deseoso de superarse a si mismo trabajando incansablemente, en pocas palabras Harry Potter era un Hufflepuff perfecto, quizá demasiado perfecto.