Todos le tienen miedo, todos gritan al oír su nombre, todos corren al ver su rostro, eso es a lo que estaba acostumbrado, eso es lo que lo asía feliz, lo que le llenaba el alma, el grito desgarrador de aquellas victimas que pasaban por sus manos, yendo de cadáver en cadáver como un juego privado, hasta que llego él con su mirada azulada, llenando su vida perfecta de complejos, de estrés de sufrimiento.
¿Cómo puede un simple hombre como tu no temerme?, eso es imposible.