-No puedo decir que no creo en la paz eterna - Sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar quebraban el alma del moreno - si contigo siento que los Ángeles cantan melodías dulces, que nos sostienen y nos hacen volar por las nubes. Contigo siento el éxtasis. Las manchas de sangre se encontraban por todo el camino que recorrieron. Sabían que eso los delataría pero estaban cansados, no de correr sin rumbo, cansados de ocultarses de los diablos. -Dios, si existes -Susurraba el chico de ojos mieles-, Si es que existes... y no me perdonas ni tú, ni papá o mamá, prefiero ahogarme en mis propias lágrimas en el infierno, que me claven miles de espinas de mi flor favorita, a dejar ir lo que me hizo sentir vivo ¡Prefiero morir de amor que morir a manos de esos sincorazones! - Se acurrucaba en el pecho del moreno sin importarle si manchaba la camisa de su amado de sangre.All Rights Reserved
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