Ella es soledad. Algo que le sienta bien. Su figura se confunde con una muñeca de cristal: frágil y fina. Uno la mira y se pregunta si está viva , pero en el momento en el que fijé sus ojos en ti más de diez segundos, ya no hay vuelta atrás. Porque en ese preciso momento ella ya está calculando si es conveniente descubrir tu precio. Él no es un chico normal. Un sabio con edad de joven, una reencarnación de Zeus. En su frente está grabada la perfección en masculino. ¿Y que más? Si ella no sabía de su existencia, es un punto más a su favor para poder descubrir el precio de su opuesto pero no tan opuesto femenino. ¿No era que dos polos opuestos siempre se atraen? ¿Y si no son tan opuestos? Entoces deberían repelerse, ¿no? Quién sabe si es posible ir en contra de un destino o la naturaleza. Nada se sabe en una historia de dos joyas recubiertas de piedra. ~Todos los derechos de autor reservados~