-¿Sabes? Deberíamos ir por un helado, hace tiempo que no vamos por uno solo los dos- Voltea a verme cuando dice eso, con esa sonrisa que alegraría el día de cualquiera, pero ya no podía seguir haciéndonos eso. -Quiero el divorcio- ya esta, lo dije. Frena su caminar a menos de dos metros del coche. Da media vuelta y al ver su mirada es como si regresara en el tiempo, a aquella época cuando éramos jóvenes, ella vuelve a ser una niña, asustada. Cruzas sus brazos, como si intentara protegerse, de mi. -¿Que?- su voz se quiebra y se que le he roto el corazón. Pero ya no puedo seguir mintiendonos. -Lo siento, pero es mejor asi- -Necesito estar sola- con los ojos empañados me dirige una última mirada y se marcha poniendo rumbo hacia la calle y solo me quedo ahí parado, observando la partir.