Todo estaba tranquilo, al menos hasta que ellos llegaron. Fue repentino, como una tormenta en medio del verano. Como un comenta después de una lluvia de estrellas. Ellos arrasaron con todo, con mi estabilidad, con mis emociones, mis secretos, mis miedos y por últimos el... el fue el que terminó con lo último que me quedaba, mi humanidad.
Pero aún así yo me dejaba corromper por el, estaba atada de manos para el como siempre porque eso es lo que hacían sus ojos al verme. Ese fue mi gran pecado, que mis sentidos se bloquear con su cercanía, porque yo termine respirando por el.