Cuando todo el mundo pone presión sobre ti, a veces es mejor ignorarlo, pero cuando toda tu vida gira en torno a eso, lo único que quieres hacer es complacerlos, y más si es tu propia sangre. Sin embargo, querer hacer felices a todos puede acarrear más problemas que soluciones.
Cumplir sueños frustrados, complacer altas expectativa, cambiar por el bien de un objetivo, elegir entre el querer y el deber, abandonar tus aspiraciones, ser moldeado para un fin. Dejar de ser tú por los demás.
No todos pasan por lo mismo, pero aun así comparten desgracias. Todas las cosas pasan por algo, bueno o malo, y se debe seguir. Por eso, aun es este agujero de catástrofes, una pequeña luz brilla para unos jóvenes que aún no encuentran su camino. Entre la adversidad, de alguna forma, todo se arregla, y del deseo de la mala suerte todo sale como quieren. Tal cual como en el teatro "rómpete una pierna".