A veces la musica llega
a ser gloria pura, una ca-
ricia al corazón cansado
que palpita en nuestro
pecho, sin embargo, en
otras ocasiones, las can-
ciones se encuentran va-
cías y no hacen más que
ayudar a cavar nuestra
propia tumba. Son sólo
sonidos correctamente
ordenados, incluso pue-
den carecer de ritmo y se
vuelven los líderes de una
orgía vanal y sin sentido
que destruye todo a su pa-
so con letras llenas de
blasfemias y sonidos ob-
senos.
La música es preciosa o es
horrorosa, no hay punto in-
termedio; sólo existe un
cielo y un infierno, el limbo
no existe en este plano y
eso es todo lo que sé.