Me puse a contar cuantas veces tienes que caer en el mismo hueco, raspando el mismo lugar, chocando con la misma esquina, pincharte el dedo con la misma aguja, golpear el techo de tu paladar con la cuchara, equivocarte de cuarto, o incluso llamar a alguien que no debías llamar, una y otra vez, para aprender y recordar, y la respuesta que obtuve no es un número. Sabes la respuesta, y aún así no la recuerdas, y la recuerdas cuando caes en el mismo hueco, lugar, esquina, aguja, techo, cuarto, alguien, una y otra vez, como si te despojaras a ti mismo de la respuesta; No la recuerdas?, la recordarás.