Aún siendo una niña Mónica siempre soñó con ser una bailarina profesional, justo como lo era su madre, pero su sueño se vio afectado al momento de perderla y no precisamente por algo natural sino por la decisión propia de abandonarla. Mónica dejo bajo llave cualquier recuerdo sobre su progenitora tirando al vacío cada momento junto a ella, incluso el baile. Pero aun en las sombras y escondida de su padre Mónica vivía el bailar cada momento que le era posible, siendo así casi irrealizable el hecho de olvidar a Erica, su madre. Los años pasaban y ella seguía alejada de las personas, sumida en un ciclo repetitivo y con su mente llena de desconfianza. Pero sin darse cuenta la mirada oscura de un chico castaño logró mover algo en el universo o quizá en el destino consiguiendo así guiarla inconscientemente y con el tiempo directamente a lo que tanto deseaba. Mónica decide continuar su deseo de ser una bailarina lo que a consecuencia la hace sobrellevar con el peso de los recuerdos del pasado ¿podrá Mónica olvidar como anhela dejando atrás sus miedos?