Tristeza, dolor y sufrimiento, malignos tumores de nuestra existencia difíciles de extirpar; nos afligen, nos carcomen, y nos creemos invictos cuando logramos vencerlos luego de una ardua lucha... que ingenuos... Imagina escarmentar sus latigazos en todo el cuerpo y a toda hora, desde que despiertas hasta que vuelves a despertar, una, y otra, y otra vez, hasta que el tiempo deje de ser tiempo.
¡Bienvenidos al infierno!
Bienvenidos, al reino de la muerte y el eterno sufrimiento.