Cautivas (La Guerra Eterna Parte II)

Valyria nunca esperó de su vida nada más que centrarse en sus experimentos y vivir en una pequeña cabaña en medio de la nada, lamiendo sus heridas, recordando una y otra vez al hombre de su vida.

A su esposo.

Quien había muerto hacía tantos años, que ella comenzaba a olvidar su aspecto.

De pronto, un insoportable y muy viejo vampiro se mete en su vida y de buenas a primeras decide que ella será su esposa. No contento sólo con ello, la arrastra a una guerra entre inmortales, a ella, ¡Una bruja! Peleando para los vampiros.

Era cautiva de sus propias palabras...aún así, no planeaba quedarse mucho tiempo. Hizo una promesa, cinco años y no planeaba quedarse más que ello...aunque aquel vejestorio a veces le pareciera tan atractivo.

Y su corazón comenzara a fantasear con el "felices para siempre".

Cinco años, ni un segundo más.

Idara salió de las paredes de su resguardado hogar, fuera de la protección de su padre para descubrir la verdad que ella y su hermano nunca podrían obtener.

Pero terminaron en una subasta siendo separados y ella terminó cautiva de los hermanos Dragomir, con un maldito collar para perro sobre el cuello.

Quería venganza.

Quería a esos vampiros arrogantes bajo su poder.

Y quería dejar de sentirse tan malditamente atraída por ese vampiro cuyos ojos la clavaban en el suelo, haciendola sentir como un pequeño conejo a la espera del cazador.

¡Ella era una cazadora de vampiros!

Nunca sería suya.

Nunca.