Nadie conoce su verdadera voz... Nadie, excepto el pequeño de ojos grandes y dientes adorables con el que creció en los arrabales. Un ínfimo momento de descuido en la habitación de la posada, un suspiro ronroneado finalizado con un suave quejido al estirar sus extremidades. Una fracción de tiempo bastó para reconocer a quien a lo inverosímil daba vida con su voz. 🌟 Idea original 🌟 Capítulos cortos 🌟 Historia corta 🌟 Edades modificadas para efectos narrativosAll Rights Reserved
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