Los seres humanos son criaturas muy extrañas, pero muy particulares entre todas las especies, con el afán de buscar la felicidad, se provocan a ellos mismos y a quienes los rodean una gran infelicidad.
Todos están dispuestos a todo con tal de encontrar ese algo que otros tienen y que ellos no pueden tener. Vidas vacías, llenas de un vacío profundo imposible de llenar.
Si tan solo supieran que ese afán es lo que les imposibilita su ascendencia en la evolución, su ascendencia a la verdadera felicidad.
Alexander es un chico en la cúspide más alta de la decadencia, es alguien que lo ha tenido todo pero que en su corazón sabe que en realidad no ha tenido nada.
El es un ser sociópata, narcisista, despiadado, y mujeriego que nunca ha tenido que ver por nada ni por nadie, inacapaz de sentir nada más que amor por sí mismo.
Venecia es un ser de luz cuyo cuerpo astral habita en la constelación de Sagitario a 145 años luz, pero el caos y la belleza de la tierra no pasan desapercibidos para ella y mucho menos las atrocidades primitivas de Alexander, hasta que un día recibe un llamado que la alienta a bajar a la Tierra a darle una lección a ese ser tan poco evolucioando que le resulta tan insoportable y atroz.
Una versión del los vengadores que estaban a punto de pelear en el aeropuerto despiertan en una sala de cine para ver el multiverso
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