Yo sentía que la música era mi única salvación, cada vez que tocaba las teclas del piano y salía una melodía me transportaba a un vacío imaginable. Pero... al verla, al escucharla, al tocarla... pensaba que la música se quedaba atrás que no me transmitía lo que mi mariposa me hacia sentir. No quería que ella volara lejos de mí, quería sostener su mano siempre. Ella era mi mariposa y no quería que se escapara de mí.