Las miradas puestas en ellos dirían que son la pareja perfecta, después de diecisiete largos meses de relación y se les veía igual de felices que el primer día. Presumiendo su relación en redes sociales y en su círculo de amigos cada que fuera posible. Joaquín pensaba que su novia Azul era lo máximo, lo tenían tan enamorado sus ojos café, su cabello largo y su sonrisa que lo dejaba babeando. Sin duda la amaba, la amaba demasiado y muchas veces se había encargado de hacérselo saber, el sentimiento que ella también correspondía de una forma inclusive más fuerte. Azul nunca se cansaría de su precioso novio, puesto que a su lado era muy feliz, la llenaba de dicha, besos, abrazos y regalos. Le encantaba estar entre sus brazos, disfrutando su cálida y adorable compañía, por qué nunca se podría aburrir de él, eso es lo que pasa cuando una persona está enamorada. Y ambos lo estaban, se habían enamorado uno del otro como no tenían idea, estaban en el cielo acompañado de la persona ideal o por lo menos eso pareció durante mucho tiempo, hasta que comenzó el desastre, la confusión se adueñó del corazón de uno mientras el dolor se instaló dentro de otro, haciendo que un tercero apareciera, y esto solo provocara una cosa. Desastre, un triángulo que parecía no tener principio ni final, no podía elegir entre ellos, aquellos que estaban en espera de su decisión Elijeme a mí