-¿Quién eres?- inquirió aquél con rizos castaños, y una sonrisa imperialista. -Y-yo soy…- farfullé. Mierda, los chicos no tartamudean ante otros muchachos. Concéntrate, concéntrate, concéntrate. -Soy Dylan- estreché mi mano, intentando que ésta no temblara. Sentí como un mechón de cabello se escapaba por la gorra de baseball. Él no podía enterarse. Nadie podía. -Bienvenido a Seattle High- sonrió ladeadamente- Soy Harry Styles.
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