Cada ser vive luchas diferentes, todos, de algún modo estamos destrozados por dentro, algunos más, otros menos, y otros tienen la dicha de ni siquiera conocer el verdadero dolor. Sentir que no encajas entre "los tuyos", oprimir tu ser, sólo para evitar una mala mirada, esconder quién eres, tu origen, para no ser mal visto. Aprender a fingir, es el desafío más difícil. Esa era yo, viviendo una vida de cristal, brillante pero quebrantable; deseando escapar, pero no fue necesario, porque a pesar de que me echaran del cielo, luego de ser lo que más soñé llorándole a mi almohada, se convirtió en un abismo viviente, una pesadilla viva. A veces en las noches sueño con horribles imágenes, en ellas las mismas escenas se repiten una y otra vez, una noche son sólo rostros que no conozco, pero en el resto, el cielo está teñido color cobre, el olor a azufre me ahoga, y yo misma me estoy torturando, no lo sé, es tan confuso, es como si yo estuviera en otro cuerpo, y me estuviera haciendo daño, me veo frente a mí, pero esa no soy yo, hay malicia en mis ojos. Dos cadenas jalan mis muñecas en direcciones contrarias, como si tratasen de dividirme en dos partes. La alarma suena, sobresaltándome, son las 2:46AM, y yo no la programé.
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