Yo pensé que mis desórdenes alimenticios quedarían en la infancia, después pensé que en mi adolescencia, pero ahora tengo veinticinco años y siguen allí. Cada vez que recuerdo mis vacaciones, cualquiera de ellas, me veo a mí misma vomitando en un hotel. Aún recuerdo mi primera dieta, fue en el jardín de niños. La verdad es que una vez que la oscuridad te consume, es muy difícil que te deje ir; esta maldición se vuelve tuya por siempre. Pero esta no es una historia sobre mi estómago vacío, esta es una historia de amor.All Rights Reserved
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