En aquel momento, mi propiedad constaba de: una mochila casi vacía, una botella vacía del Vodka Blanco más Barato del Mercadona en su interior y un orgullo de hierro que me impedía buscar en la basura un vaso del Starbucks medio roído y sentarme con un cartel cochambroso a pedir para comer. Os presento un cuento, un día de oniria, de surrealismo etílico que nos presenta el Vodka Blanco más Barato del Mercadona. Un día de vida y un día de muerte.