D, un nombre raro lo sé, lo sé. Desde que tengo memoria se que nunca he dormido, ni una siesta, nada, la razón: mis pesadillas. No sabría decir de donde aparecieron pero desde que soy pequeña están ahí. Tal vez sean miedos no experimentados de mi niñez, pero no tendría sentido. Mi mundo estaba a punto de cambiar nuestro enfrente de mi nariz y la única forma de poder lograr que todo no ocurriera era encontrarme con mi mayor pesadilla.
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