Te quiero tanto, que incluso podía decir que te amo aunque no conozca el sentimiento.
No quiero decir que tengo una dependencia hacia ti, pero tengo la necesidad de saber cómo estás, qué haces y donde estás, que no se podría explicar de otra manera.
Estoy tan acostumbrada a ti, como a respirar, como a ver el sol por las mañanas, como a mí molesta alarma a las 6:00 a.m de lunes a viernes.
Me gusta tanto tu manera de tocarme, de hacerme sentir lo mejor que tienes... al menos una vez al mes... o dos.
Nunca me dices cumplidos, pero cuando lo haces, cuando notas algo diferente en mi, me siento la chica más afortunada por ¿tenerte? Quiero decir, ¿En verdad te tengo? La respuesta es no. Y por eso, no mereces mi amor, ni mis desvelos, ni mis alegrías, ni mis risas, ni mis lágrimas.
Y ¿Sabes que? Ya no quiero estar contigo.