A mis quince años de edad era bastante madura, pero no lo suficiente para estar en una relación, y lo sabía.Jamás lo llegué a negar y jamás quise cambiar eso.Siempre solía tomar las cosas con calma,y siempre mantenía el control sobre lo que pasaba a mi alrededor, hasta ese maldito verano.Desde que vi sus malditos ojos verdes un avalancha de sentimientos me cubrió y hasta ahora no encuentro como escapar.