SeokJin es el dueño de una cafetería. Su rutina es bastante monótona, y por monótona se refería a su aseo personal e ir a trabajar. Sin embargo, no se quejaba. Era lo que tenía, ¿Qué más podía pedir? Pero el destino tenía otros planes en mente. Un día, un chico de cabello negro y tez blanca hace aparición en su trabajo. Se sentó en la mesa al lado de la ventana que, desde ese día ha ocupado y pidió un café. Nada anormal, era lo que la gente hace al llegar a una cafetería, pero el de cabellos negros hacía algo más que eso. ¿Qué harías si te contara que ese chico le pide a un mesero - específicamente SeokJin - que le de un café a un chico que, al igual que él, llegan y se sientan en una mesa junto a la ventana? Al principio, SeokJin se sentía inquieto por aquello, ya que no todos los días te topas con un cliente que, además se sienta en el mismo lugar, a la misma hora de cada día, te pida que le lleves una taza de café a otro cliente que hace exactamente lo mismo. Algo raro, ¿Cierto? Pero qué más da, ese era su trabajo y no era algo que le afectara a él y a los demás clientes.All Rights Reserved
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