Cuando se termina el mundo piensas en cosas locas. Cosas que en toda tu vida no habías pensado y que llegan a ti como una chispa, un corto circuito que viene de la nada, que es fugaz e insignificante y sin embargo puede hacer de tu final una tragicomedia; una irónica e inconclusa historia de amor. - Toda una vida y no aprendí a cortar bien unos simples vegetales. - ¿Tú de qué te quejas? En toda una vida no aprendí a amar.
1 part