Buscarte

Cuando levanté el foco para iluminar su rostro en medio de aquella oscuridad, sentí como mi corazón se paralizaba. Me faltaba el aire y la cabeza me daba vueltas, no quería creer que le tenía delante, pero la memoria de mis pesadillas jamás podría olvidarle, su fría mirada que me quemaba por dentro, juzgándome como mil piedras calientes.

La persona que desencadenó el infierno sobre mi vida, que me guió por el camino de rosas sin decirme que habría espinas.

Aquel nombre que tanto repetía en mis pesadillas volvía a acudir de nuevo una y otra vez a mi cabeza:
Aiden.