-No creas que todo lo que ves es real linda - dijo aquella vez y no le creí. Ese chico, que se hacía llamar Sam era el diablo y dios a la vez, podía enloquecerte con una mirada, podías enamorarte o salir huyendo, todo dependía de él. Cada vez que creías que descubrias algo sobre él o de su forma de ser, un cachetazo te volvía a la realidad. -Nunca sabrás quién soy, porque ni yo lo sé - dijo esa última vez que vi sus ojos grises. •••••••••••••••・•••••・••••••••••・••••••••••・ Tan hermoso por fuera, tan dañino que es por dentro. Palabras tan dulces salen de su boca, y lo que dice en su mente te hace pensar que está loco. Las apariencias no son nada comparadas a la realidad, su extraña realidad. •••••••••••••••・•••••・••••••••••・••••••••••・ [ en proceso ]