- ¡Mirame! Esa voz, tanta desesperación. Sus pies se anclaron al punto donde estaba. - No, no... ¡Sigue así! ¡Por favor! Comenzó a sentirse ahogada, la cubrían, pero no apagaban el dolor de aquel ronco timbre. - ¡AYUDA! Se aferro a lo que tenía en las manos, había olvidado lo que era, había olvidado donde estaba, solo había bruma y asfixia. Entonces una ancha espalda se hizo a un lado y ella vio sangre y sangre, una cadena pesada , un tubo doblado unos metros más atrás y aquellas botas que le habían fascinado la primera vez que ella se las había mostrado. No, Maya no sintió que su mundo se derrumbaba. Su jodido mundo se moría. . . . Increíblemente hermosa portada hecha por @MiliArotinco . . . No se admite la distribución, copia y/o adaptación de esta obra ©