Ser gemelier es algo que sentimos, una palabra, pero miles de sentimientos en cada chica. Ese sentimiento de cuando les ves y rompes a llorar, les das un gran abrazo, que se vuelve adictivo, ser gemelier es apoyarles en lo bueno y en lo malo, que si ellos sonríen yo también, si les veo llorar les animo y lloro yo también, ese es un precioso sentimiento.
Y a veces no entiendo por que la gente se meten con nosotras y sobre todo, con ellos. Solo cumplen su sueño. Pero no importa, por que ellos sonríen a pesar de todo, eso es lo que importa.
Ser gemelier es luchar por verles siempre.
No darse por vencida.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.