Ahora mismo, doscientos millones de personas aproximadamente están diciendo algo parecido a “¿Qué haría yo sin ti?”,”No puedo vivir sin ti” o “Sin ti, mi vida no tiene sentido”
Nunca había entendido el significado de esas frases, ni pensaba que fuesen algo más que una simple cita lanzada al viento, una forma de complacer a la persona a la que amas. Nada demasiado serio, nada real.
Ahora me doy cuenta, supongo que un poco tarde, de que todo eso si tiene algo de verdad. Ahora que es cuando de verdad estoy puesto en la situación de tener que vivir sin alguien, es cuando me pregunto a mi mismo si seré capaz de hacerlo.
No pienso hablar en pasado cuando hable de ti, por mucho que se empeñen en que es lo mejor para mí, en que es lo mejor para todos, en que tengo que superarlo y tirar para adelante.
No eres algo que se pueda olvidar fácilmente, ni alguien a quien no me apetezca recordar, porque por más que lo intentase me sería completamente imposible. Aun recuerdo todas las cosas que te caracterizan o todas la cosas que te gusta hacer y se que una de ella es apostar.
Por eso te propongo algo, apostemos a ver cuánto tiempo aguanto sin volverme loco sin ti. Yo te digo que no mas de 99 días.
Por mucho maquillaje que me eche, no voy a lograr borrar la expresión fría de mi piel.
Mi sangre congela cada una de mis extremidades cuando pasa, hace que mi corazón rompa tímpanos de hielo.
Nunca olvidaré aquellas aventuras, aquellas sensaciones que me hiciste experimentar en el mejor de mis sueños.
Aquella vida que creaste, basada en tu retorcida mente, en lo que más odiabas y en lo que más deseabas.
Como un juego fue todo para ti, incluso el amor y la tristeza, la enfermedad y la muerte.
Soy incapaz de cerrar mis ojos y no pensar en ti, en las palabras que me dedicabas, en tus caricias ensayadas.
Y por muchas lágrimas que derrame jamás seré capaz de limpiar mis pecados, creyendo en un Dios o en la más maligna de las tempestades.
Y veo que está lloviendo, como la tierra absorbe el agua con avaricia, igual lo hacíamos nosotros, lo cogíamos todo pero sin necesitar todos aquellos caprichos.