-Dios dijo, maldito sea el hombre que duerme al lado de otro hombre...
En serio quería matarlo, este tipo que estaba frente a todos, predicando la palabra, bueno, no quería realmente, pero si callarlo de alguna forma. ¿Por qué tenía que ser mi padre? ¿por qué? O quizás... él tenía razón y el problema era yo. Tantos pensamientos gobernaban mi mente, empezaba a sudar, está ansioso, creo que es un ataque, me desesperaba, de pronto todo se nubla en mis ojos.
-Respira. -Dijo Gabrielle, mientras se encontraban sus ojos con los míos-. - ¿Estas bien amor? -dijo casi en forma de susurro, a pesar de su constante presión por sincerarnos ante la gente igual me respetó mucho mi espacio; no es fácil asumir que todo lo que tu padre predica, su razón de vida, va en contra de lo que eres, esos son los problemas de ser yo, nada más y nada menos que el hijo del predicador.
Sus métodos de espantar a los hombres han mantenido a Melanie Grey a salvo de cualquier traición o decepción. Una estrategia que ha funcionado exitosamente y la han convirtiendo en una as en la materia.
Sin embargo....
Este no tendrá el mismo efecto sobre Lance Rott. Su guapo y sexy compañero de clases el cual detesta por su pésima reputación y que por desgracia o mala suerte del destino tendrá que compartir no solo la misma universidad si no también el mismo apartamento.