Visiones de un jarrón roto

Se trata de la autobiografía literaria emocional de un recién divorciado a su pesar, en sus primeros meses como tal, que se queda al cargo de sus dos hijas. Como es literatura, es ficción; no obstante, los sentimientos son reales, y los pensamientos, en el instante en que se escribieron. El personaje deambula en estado de shock hasta un final tan abierto como el resto de su vida.

La obra está compuesta de fragmentos que van de la tercera a la primera persona. Se ilustra con dibujos de la hija pequeña del autor, Clara Bolaños Alba, en sus 5-6 años de edad, en el curso donde ella también sufrió la misma decepción. Ambos, escritor e ilustradora, al principio compartíamos la ilusión fantasma de creer por instantes que ella seguía allí, que al despertar seguía ocupando su lado de la cama. Y que volverá.