Edrán y Nerud: El Cetro del Solsticio.

Edrán y Nerud son hijos adoptivos del arqueólogo Frederick Lloyd, un hombre que dedicó toda su vida a las expediciones de la cultura maya. En el día más soleado del año, un muchacho de nombre Nedyro y de atuendo estrambótico (en la opinión de los muchachos Lloyd), los visita y les habla de las tierras mágicas en las que su padre vivió mucho tiempo, transportándolos a un recóndito sendero con muchas incógnitas. Aun dudando de él, los gemelos deciden seguirlo y lo que ambos vislumbrarán los enmudecerá de lo magnífico que es: Un Mundo Maya, donde existen enormes ciudades y aldeas, seres mitológicos como los Aluxes, Ady-kotlas y Jat-palkés. Se harán amigos de los Tarkal-Laks, Yaxkins y Kylatnás, los guerreros mayas que defienden las aldeas y pueblos. Se opondrán y darán lucha contra monstruos, animales mortíferos y quizá con su fuerza e intuición sean quienes triunfen en La Ruta de los Cuatro Auras.
Acuíferos de agua pura, El Templo de los Ancestros, La Luz de la Cosmovisión, El Obelisco del Inicio y del Final, El Hogar del Colibrí y el Faisán y La Fortificación Subterránea del Sol, serán algunos de los lugares dónde ellos se adentrarán. Todo suena perfecto pero de pronto, la negra penumbra llegará a nublar la paz cuando Xtabay (la deidad del inframundo), Asedepian Ikál y su ejército de espíritus malignos regresen a buscar lo que según ellos, les pertenece. Nedyro, los gemelos Lloyd y los dioses mayas defenderán al pueblo, usando sus armaduras y el infinito poder de los astros para aprisionar a los dos horribles criminales y así lograr la completa destrucción de su maldad.