Desde el momento en el que salí de la habitación número 365 donde se encuentra mi Madre recuperándose. Escuché una dulce y melodiosa voz femenina cantando suavemente, mi curiosidad me llevó a entrar a la habitación que estaba al otro lado encontrandome con la dueña de la voz más hermosa que he podido escuchar. Una joven sin duda hermosa digna de tener esa linda melodía.