Alary Weller no es precisamente la mujer más ordenada, tranquila y sensata de todas, pero hace lo que puede. Con un hijo que cuidar y mantener sola a sus 25 años de edad no tiene tiempo para dedicarse a otra cosa sino a su hijo. Él lo es todo para ella. Ella solo quiere salir adelante con su hijo por si sola, con su esfuerzo. Aunque le cueste, y casi se vuelva loca por ello, ella luchará. Y les demostrará a todos que no necesita a un príncipe azul para ser feliz. En pocas palabras, a ningún hombre que se la quiera dar de uno de esos. Aunque, es verdad que tu felicidad no tiene que depender de nadie, pero está bien que alguien venga a complementarla, ¿cierto?.