El ser humano es un laberinto, entre más tratas de entenderlo más te pierdes, es como un bucle, quizas tambien como un infinito, algo interminable. A veces visualizó en mí mente muchas paredes, las cuales marcan caminos. Estos caminos tienen diferentes direcciones las cuales me llevan a distintos lugares, por ejemplo esta el pasillo de la inocencia, el de la angustia, el del rencor, el del amor, el de la amistad, el del olvido, el de la decepción y la tristeza, entre otros. Y así me imagino caminando por ese laberinto en el que influyen miles de factores, ese laberinto en el que veo reflejado mi ser y mi relación con la vida.