-Somos tan malditamente egoístas que si te estuvieras ahogando. . . nadie te ayudaría. Tomo la botella sirviendo un poco más de ese elixir en su copa, tomando el racimo de uvas y quitando tres de estás con suma delicadeza, y al mismo tiempo dejando las caer en su copa. -y eso es lo que te hace diferente, mi querido Lilibeth, porque si fueses tu y no me conocieses, apostaría mi eternidad a qué tú me ayudarías. Acerca la copa asus labios, para dar una pequeña risa sobre está. - pero esa ayuda sería tanto como venderle mi alma al laberno.All Rights Reserved
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